Purificar y mantener limpia una parte del agua de uso cotidiano destinada al consumo ha sido desde hace siglos una necesidad y una importante tarea, que en muchas ubicaciones se ha realizado por pura necesidad pura y dura.
Por mucho tiempo se han ido implementando diferentes técnicas con las cuales se consigue este objetivo.
Con cada siglo que pasa, se ha innovado cada vez más en la invención de sistemas que llevan a cabo este proceso. Para ello, se han creado los destiladores, y aquí te enseñamos Cómo construir un destilador casero.
Aunque el proceso de destilación es algo complicado de entender en un principio cuando se le acerca de los destiladores profesionales, hacer uno propio no puede ser más fácil.
Existen varias formas de crear, mediante materiales, fáciles de conseguir o que tengamos en casa, varios sistemas de destilación que nos ayudarán a purificar el agua. Para hacer uno, es igual de importante conocer los fundamentos detrás de este procedimiento y del funcionamiento de estos sistemas.
Maneras de hacer un sistema de destilación casero funcional
En síntesis, lo que se requiere al momento de hacer un destilador de agua es lograr que un sistema, mediante el proceso de vaporización y enfriamiento, purifiquen el agua. Este proceso lo que logra es que las moléculas de agua se separen de las moléculas de cualquier otro agente contaminante o insano que no sea recomendable consumir.
Este proceso de evaporación y condensación puede ayudarnos, no solo a purificarla, sino hasta a extraer agua dulce del agua salada.
En cuanto a los materiales necesarios para crear un destilador casero funcional, la verdad es que no se necesitan excesivas herramientas o materia prima complicada o cara. Más bien, algunos de estos sistemas puedes hacerlos ahora mismo, ya que están hechas con materiales que muy seguramente tengas en casa.
Y de no tenerlos, la inversión es amigable y no muy elevada.
Por eso, el siguiente es el que se ha escogido como el mejor sistema de destilación casera. Siendo sencillo de armar, fácil de emplear y el más eficiente con diferencia.
Contando con un mecanismo nada complicado y que puede ser creado fácilmente y en pocos minutos. Este es el destilador para estufa.
Cómo hacer un destilador para estufa
Para poder hacer este sistema destilador que funcione con estufa vas a necesitar de tubos o bobinas tanto de cobre como de silicona, ambos resistentes al calor. Una cubeta de gran capacidad, aproximadamente de unos 7.5 a 8 L debería bastar; una tetera u olla de presión, sellador y hielo. Es importante contar con suficiente hielo, ya que el proceso requiere de cierto tiempo de funcionamiento, además de que este es importante en el proceso de destilación.
Lo primero que se debe hacer es poner una buena cantidad de hielo en el recipiente o cubeta de 8 litros para preparar un tanque de refrigeración. En él, pasará el agua y se condensará mediante su curso en la bobina de cobre, la cual usaremos para recolectar el vapor de agua.
El tubo de cobre deberá ser lo suficientemente largo para poder crear una espiral por la cual el vapor tenga suficiente recorrido para condensarse. Esta bobina de cobre irá dentro de nuestro tanque de refrigeración.
Posteriormente, tomaremos el tubo de silicona, el cual debe ser lo bastante largo para hacer dos tubos. Uno de ellos irá conectado directamente a la boquilla de nuestra fuente de calor, en este caso nuestra cafetera.
El otro irá desde el sistema de refrigeración hasta el recipiente en el que recolectemos el agua destilada.
Teniendo todo, terminaremos el sistema de condensación. Para ello, haremos un agujero inferior en el tanque por donde saldrá el otro extremo del tubo de cobre.
Con el sellador, se cubren las salidas que queden flojas para evitar desastres y tendremos el sistema casi listo.
Solo queda conectar el primer tubo de silicona a la boquilla de la tetera por un extremo y por el otro al primer extremo tubo de cobre.
El otro tubo de silicona irá desde el extremo sobresaliente inferior de la bobina de cobre hasta el recipiente recolector. Para este punto, solo quedará poner en funcionamiento el sistema.
Ponemos a hervir agua en la cafetera a llama alta, el vapor de agua viajará por el primer tubo de silicona y llegará hasta la bobina de cobre.
Esta bobina, la cual estará en su mayoría sumergida en hielo, condensará en su interior el vapor hasta volverlo a su estado líquido. Esta agua destilada viajará posteriormente desde el extremo saliente hasta el recipiente, donde rápidamente tendremos nuestra agua pura.
Beneficios de tener un destilador casero
Como ya te puedes imaginar, una de las principales ventajas de tener un destilador en casa es por supuesto el fácil acceso a agua pura y saludable. Esto es muy importante, ya que no solo representa un enorme plus en seguridad, sino también en ahorros significativos a largo plazo.
No obstante, un aspecto muy importante a tener en cuenta es que todos los materiales empleados en la creación de este sistema deben ser esterilizados con anterioridad y posteriormente.
De esta forma, no solo nos aseguramos de que podemos volver a usar el sistema sin preocupación, sino que también es una forma de cerciorarse de que todo el mecanismo funcionará con la misma efectividad en posteriores usos.
Entre otros beneficios que se pueden mencionar de contar con un destilador propio es el reciclaje. Es posible que muchos de estos materiales sean objetos que tengas en casa que, o bien no usas, o ya pensabas desechar.
Esta manualidad forma parte de la contribución humana a la preservación ambiental. Y no solo se reciclan objetos y herramientas, sino que también supone un menor gasto de agua. Lo cual también significa un ahorro propio y a su vez, un aporte a la preservación del vital líquido.
Pros y contras del destilador casero
Son muchos los beneficios que nos puede ofrecer un destilador hecho en casa, los cuales esencialmente pudimos ver con anterioridad.
Sin embargo, como se puede anticipar, el funcionamiento de un destilador casero está altamente limitado a la calidad de los materiales y, sobre todo, a su misma composición sencilla. La cual, por supuesto, no puede asemejarse a la eficiencia y eficacia de un destilador de laboratorio.
Generalmente de mucha mejor calidad.
Si bien los destiladores caseros cumplen perfectamente la función elemental de purificar molecularmente el vital líquido, su eficiencia es notablemente menor.
Es muy probable que en el proceso se pierda una parte de la materia prima inicial. Es decir, a grandes rasgos es menor la cantidad de agua obtenida posterior al proceso de destilación que la implementada inicialmente.
Si consideramos el hecho de que estos destiladores no son capaces de trabajar otras sustancias, o por lo menos no se recomienda hacerlo, esa también es una desventaja.
Evidentemente, no es muy probable que requieras destilar algún otro líquido que no sea agua. Sin embargo, este sistema puede parecer a primera vista una alternativa barata a los destiladores científicos. Y en un debido caso en el que se quieran usar con tal propósito, se encontrarán con muchos inconvenientes.
Por supuesto, hay que saber que la durabilidad de un destilador casero no se puede comparar con la de uno de laboratorio.
Aunque los materiales sean de excelente calidad, es muy probable que, por su construcción y el uso constante, terminen deteriorándose importantemente.
Otros métodos para destilar agua en casa
Aunque este mecanismo sea el más efectivo con respecto a producción y eficiencia, lo cierto es que también hay alternativas que no requieren del uso eléctrico o de gas.
Estos son los métodos que aprovechan la luz solar y se pueden encontrar diferentes sistemas y esquemas con los cuales trabajar un destilado de la mano del sol.
Uno de los más famosos es la creación de un panel de madera o plástico que, con la condensación atrapada por un vidrio, se consigue aislar el agua destilada.
Además de esta, también se ha vuelto famoso un método incluso más rudimentario. Todo lo que se necesita es de dos bolsas plásticas y un tazón. Se cava una pequeña cisterna, que es forrada con la primera bolsa plástica para crear un tanque improvisado.
En este, se agrega un poco de agua con impurezas y en medio se fija el tazón. Esta cisterna se tapa con la otra bolsa, asegurándose de que esté bien estirada y sujeta en los bordes de la cisterna.
Luego, se coloca una pequeña roca encima de la bolsa de cubierta y que quede encima del tazón. Lo que sucederá es que el agua que el sol logre evaporar alrededor del tazón se condensará en la bolsa de cubierta.
La cual, en estado líquido, se dirigirá al medio gracias a la pequeña roca la cual desvía el agua que se condense en los laterales para finalmente caer en el tazón. Este método, aunque rudimentario, es efectivo y se ha comprobado que es sano.
Evidentemente, ambos dos son métodos que, aunque supongan un ahorro de energía y dinero, podrían no ser tan efectivos como el anteriormente planteado.